El 'sí quiero', tendrá lugar en su recién renovada Chateau Miraval en Francia, en una capilla del siglo XVI. Sin embargo, fuentes cercanas a la glamorosa pareja ya han avisado de que esta boda no tendrá nada que ver con las primeras nupcias de Brad.
"La boda será íntima e informal", apuntan. Todo lo contrario a cuando el actor se casó en el 2000 con Jennifer Aniston, donde la pareja derrochó alrededor de un millón de dólares en la celebración.
Aunque Angelina y Brad se resistían a convertirse en un 'matrimonio tradicional' hasta que se legalizaran las bodas entre colectivos homosexuales, sus hijos han podido hacerles cambiar de opinión.
"Los niños preguntan por el matrimonio", admitía Brad al USA Today en mayo. "Significa cada vez más para ellos", reconoció el actor.
Parece que la pareja más brillante de la cima de Hollywood sólo necesitaba una razón de peso para pasar por el altar. Y qué mejor que hayan sido sus retoños los encargados de darles el empujoncito.
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