Entrar en el taller de Beba's Closet es viajar hasta un lugar mágico, donde los tules y las muselinas se mezclan con puntillas, tocados de colores vibrantes y cuentas vintage de plata desgastada. Románticos vestidos, llenos de volúmenes y volantes cuelgan de las paredes, al lado de catálogos de telas y cajas de zapatos listos para ser calzados por las clientas. Así es el pequeño universo que ha creado Belén Barbero, una joven y brillante modista que está revolucionando el mundo del prêt-à-couture española. Con motivo de su participación en Cibeles, la diseñadora cuenta cómo consiguió hacerse un hueco en la moda y convertir su sueño en realidad.
- Antes de crear Beba´s Closet, trabajabas en consultoría estratégica en Méjico. ¿Por qué decidiste dejarlo todo y empezar esta nueva aventura?
Siempre me ha gustado la moda. Cuando mi abuela me contaba historias de su juventud, solía empezar por sus vestidos: de qué tela eran, el color, quién se lo había hecho… Fue algo importante en mi infancia, por lo que gran parte de mi afición se la debo a ella. Hace ocho años, trabajando en Méjico pensé ¿por qué no lo voy a intentar?, voy a luchar y si no sale ya inventaremos otra cosa. Me vine a Madrid, estudié tres años diseño y cuando terminé, empecé a pensar en lo que iba ser Beba's Closet.
- ¿Cuál es la seña de identidad de Beba's Closet?
Es una marca muy femenina, con toques vintage. Empecé utilizando aplicaciones antiguas que encontraba en mercadillos y brocantes, y a partir de cada pieza creaba una prenda. Esa filosofía sigue presente en todos los diseños. El hecho de tener algo en tus manos que tiene una historia me inspira y me dice muchas cosas a la hora de diseñar. Siempre intento transmitir con los vestidos emociones, que las prendas ayuden a crear momentos mágicos para las mujeres y que reflejen lo que cada una es realmente. Cada vez que creo un vestido intento ser honesta, transmitir lo que soy, lo que sueño y lo que quiero que sueñen mis clientas.
- ¿Cómo será la colección que veremos el martes en el EGO de Cibeles?
Para esta última colección me he inspirado de unos manuscritos de la escultora Louise Bourgeois, que se dividen en tres partes, “Deshago”, “Hago” y “Rehago”. Es un viaje emocional muy oscuro que va desde la depresión hasta la vuelta a la ilusión. Su lectura me impactó porque tenía que ver con un momento que yo vivía. Se encendió una luz en mi cabeza y a partir de ahí todo empezó a funcionar. Los primeros diseños son totalmente negros, siluetas lánguidas que transmiten mucha tristeza. Poco a poco van apareciendo los colores, volúmenes más potentes, vestidos con más energía y que encarnan la fuerza perdida en el negro. Los últimos diseños son en blanco, un color que transmite la calma y la pureza en las líneas.
- Además de los trajes de fiesta, también haces novia...
Si, de hecho, el desfile del martes se cierra con uno, el broche de oro perfecto. Dentro de la costura, los trajes de novia son para mí lo máximo. Que una persona venga a mí a hacerse su vestido es un gesto de confianza. Ellas vienen con toda la ilusión del mundo y trabajamos mucho juntas. Es un proceso muy bonito. Todos mis diseños tienen un toque romántico, y procuro que cumplan dos cosas para que sean perfectos: que sienten fenomenal y que ayuden a las novias a ser ellas mismas al cien por cien.
- ¿Cómo ves la moda española?
El EGO ha sido un soplo de aire fresco en la moda española. Me parece una iniciativa increíble para apoyar a la gente joven que está luchando por abrirse paso. Es muy bueno y sano. Pero me da mucha pena que cueste tanto sacar la moda española fuera de nuestras fronteras. No hemos juntado creatividad con gestión. Tenemos una asignatura pendiente todos en España. Ojalá avancemos en eso y nos hagamos un hueco.
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