En algunas culturas asiáticas y del Medio Oriente el velo se llevaba para ocultar completamente la cara de la novia a un novio que jamás la había visto. Solamente después de la ceremonia se le permitía al novio levantar el velo para ver el rostro de su nueva esposa. En la religión islámica la mujer debe cubrir su cabeza con un velo negro como símbolo de respeto a Mahoma. Según otras tradiciones, por ejemplo la romana, el velo protegía a la novia de malos espíritus, a los que se pensaba, es vulnerable. Se hizo popular en Inglaterra en los años 800. Fue allí donde se le asoció con la modestia y la castidad.
En la actualidad, hay novias que se ponen velo y cuando el cura dice aquello de "ahora ya puede besar a la novia", el novio levanta el velo de la novia y lo aparta para atrás. En Oriente, hoy en día, todavía se usa para tapar la cara de la novia a la que el novio no ha visto nunca. El velo se retira una vez acabada la ceremonia.
El velo simboliza la virginidad, la modestia y la inocencia de la novia, de ahí su color, aunque en algunos lugares se utiliza el azul como símbolo de la Virgen María.
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