La frase blanca y radiante va la novia hubiera resultado rara hace sólo unas décadas, porque hasta el s. XIX las mujeres europeas se vestían de rojo, dorado y ¡hasta de negro! Ahora el blanco se asocia con la pureza y la virginidad y lo puso de moda en 1840 la Reina Victoria, que usó este color para casarse.
ALGO NUEVO, ALGO USADO, ALGO PRESTADO Y ALGO AZUL
Esta antigua costumbre se ha mantenido hasta nuestros días. Lo viejo simboliza la conexión de la novia con el pasado, la continuidad, lo nuevo es la nueva vida que los novios van a empezar.
Lo prestado simboliza la creencia de que se podía atraer la felicidad usando algo prestado por una amigo/a que fuera feliz y lo azul la fidelidad. Su origen está en la Edad Media en Europa, una época de gran superstición.
ANILLOS DE BODA
Símbolo tradicional de lo ilimitado (eternidad). El rito de los anillos en el matrimonio fue tomado de la ceremonia pagana entre los romanos. En el ritual toledano se usaban dos anillos y en el romano sólo uno. Hace referencia a la fidelidad.
Ahora en España, las alianzas suelen ser lisas, de oro o platino y llevan en su interior los nombres grabados de los cónyuges con la fecha del enlace.
LLEVAR HUEVOS A SANTA CLARA
Los huevos representan lo que nace (el huevo de Pascua, el inicio de la primavera) y el alejamiento de la desgracia. Cuando se llevan a Santa Clara es para rogar que haga buen tiempo el día de la boda. Aunque otra idea dice que la lluvia en el enlace quiere decir que se tendrán muchos hijos.
LA ENTREGA DE LA NOVIA
En la antigüedad, las hijas se consideraban "propiedad" de sus padres. Cuando llegaba la hora de desposar a la hija si su padre lo aprobaba, él en efecto, transfería la posesión de su hija al novio. Hoy el acto de entregar la novia al novio en el altar, simboliza la bendición de sus padres al matrimonio.
LANZAR EL ARROZ
Costumbre moderna, importada de Asia y sin tradición en Occidente. El arroz está considerado como símbolo de fertilidad. En las bodas los invitados lanzan arroz al novio y a la novia con la esperanza de que la pareja tenga muchos hijos.
LA TARTA NUPCIAL
La tradición de la tarta nupcial comenzó en la antigua Roma como una práctica inusual. Después de la boda un pan se rompería por encima de la cabeza de la novia simbolizando fertilidad y larga vida. Los invitados consideraban que las migas caídas aportaban buena suerte así que las recogían del suelo y se las comían.
EL VELO DE LA NOVIA
Simbolizó originalmente el retiro de la vida exterior, la virginidad, la modestia, la inocencia y la virtud de la novia. A lo largo de los años este símbolo se ha perdido, pero el velo se lleva todavía. En algunas culturas de Oriente el velo se llevaba para ocultar completamente la cara de la novia a un novio que jamás la había visto.
LAS ARRAS
Hasta hace bien poco, era sólo el novio el que entregaba a su esposa trece monedas de oro, plata o alpaca conocidas como arras. Con este acto simbólico, el hombre se comprometía a compartir con ella desde ese mismo momento todos sus bienes materiales. Hoy día son ambos contrayentes los que se pasan de manos las monedas.
LOS TESTIGOS
Fueron los prácticos romanos y su orden cívico los primeros en introducir la figura de los testigos en los enlaces. Tenían asignada la función de validar el contrato social por el que se contraía matrimonio y sólo podían ser dos que, además, tenían responsabilidad legal.
La Iglesia adoptó el sistema, pero dejó abierto el número de testigos. Ahora, los segundos grandes protagonistas de la jornada sólo tienen un grado de responsabilidad moral.
LANZAR EL RAMO DE LA NOVIA
En la Francia del siglo XIV, surgió una costumbre por la cual se consideraba que la liga de la novia traía buena suerte. Los invitados corrían detrás de la novia y le quitaban la liga como podían, así que para evitar esta práctica tan grosera, las novias comenzaron a tirar la liga voluntariamente. A lo largo del tiempo el ramo de flores se añadió como parte de esta costumbre de lanzar objetos.
LA LUNA DE MIEL
En la antigüedad, fueron los Teutones quienes comenzaron con la práctica de la Luna de Miel. Las bodas de los Teutones solamente se celebraban bajo la Luna llena y después de la boda, los novios bebían licor de miel durante 30 días. Finalmente, el período inmediatamente posterior a la boda llegó a conocerse con el nombre de Luna de Miel.
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