jueves, 26 de mayo de 2011

Así será la Boda Real de Mónaco


Los bocetos de palacio sobre los secretos preparativos nupciales: la disposición del patio de honor, la elección de los asientos, el decorado del banquete, la iluminación, la decoración floral...

La Boda Real tan esperada por los monegascos ya se esboza ante nuestros ojos. Los secretos preparativos nupciales del príncipe Alberto y Charlene Wittstock han sido conocidos estos días gracias a un documento de los organizadores del enlace, con fecha del pasado 6 de enero, que detalla prolijamente con bosquejos incluidos cada proyecto, cada dificultad técnica y cada petición de los novios reales.

Ningún detalle se deja al azar en este informe que desmenuza Point de vue. El patio de honor del italiano palacio principesco se transformará en una catedral outdoor en la que no faltarán alfombras rojas, una inmensa lámpara de araña como si estuviera suspendida de la cúpula celeste, novecientas sillas y butacas blancas grabadas con las armas de los Grimaldi y, por supuesto, el altar vestido. Se instalará el blasón de la dinastía presidiendo el sagrario. A una y otra parte del mismo, los monogramas en flores de los novios reales: a la izquierda el de la princesa y a la derecha el del príncipe. Ramos y guirnaldas de rosas, hortensias y orquídeas de color blanco florecerán por todas partes en el patio de honor. También las damas de honor contribuirán al inmaculado decorado con las "dieciséis cestas de pétalos de rosas blancas".

Todo debe ser perfecto y este documento demuestra el esmero. Se toman especialmente en consideración las cuestiones más problemáticas: preocupaba a un asistente del príncipe el peligro que representaba el suelo adoquinado del patio de honor para los tacones de las damas. A las que, por supuesto, se buscan soluciones: se instalará un suelo sobre toda la superficie. Otro punto espinoso a examen y aún pendiente de decisión es cómo resguardar esta catedral a cielo abierto ante inclemencias metereológicas. La lista sigue. Y es que muchos son los detalles por ultimar hasta julio, pero prevalecerá siempre en cada disyuntiva el deseo de la pareja principesca de compartir su gran día con todos los monegascos que puedan acercarse hasta allí. La gran familia monegasca no faltará a las ceremonias nupciales.

La víspera, después de la boda civil y del posterior saludo de los recién esposos en el balcón de palacio, contará con una recepción para sus conciudadanos con enormes bufés dispuestos por todo el principado. Pero el día grande y la fiesta a su medida será el sábado, 2 de julio, tras la ceremonia religiosa, con la posterior cena de gala organizada por SBM en el museo oceanográfico, donde se instalarán en los salones del primer piso treinta y ocho mesas redondas, además de la mesa de honor con forma de U, destinada a albergar a sesenta privilegiados invitados con sus cónyuges.

Los anfitriones de menor rango comparecerán a partir de las 20:30 en el vestíbulo central para degustar una copa de champán y los grandes protagonistas llegarán sobre las 21:30 y se sentarán a la mesa en compañía de sus invitados. El menú todavía no está decidido, pero se sabe que consistirá en cuatro platos, incluida la tarta nupcial, y que el chef del palacio principesco, Christian García, prepara una sorpresa para la novia. A las 23:00, todo el mundo se reunirá en la terraza para ver un espectáculo de fuegos artificiales y, a continuación, dará comienzo el baile en la sala de conferencias. Hasta que el cuerpo aguante. Una Boda Real siempre lo merece.

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